jueves, 18 de julio de 2013

Un cuento corto

“Oh cruel fortuna, incierto destino mal intencionado que erróneamente poseído por el arcano del loco cambiaste el rumbo completamente!”


Fernando había decidido consultar a aquella mujer. Quizas por necesidad de respuestas, quizás por necesidad de mas dudas, por intriga, negación, admiración… quizá todas aquellas juntas. Lo único que necesitaba, le había dicho, era la fecha, hora y lugar exacto de su nacimiento.
Tarea fácil, pensó.
Tomó el sobre donde guardaba aquellos papeles, y prolijamente se aseguró de no errar ningún número mientras escribía a la dirección de mail que Alcalí le había enviado.
“8 de Julio de 1983, en Belgrano, a las 6.50 de la mañana”
Un tanto íncómodo, susurro para sí, ya antes de nacer comenzaba a ser un estorbo.
Con una confianza ciega, presionó la tecla y envió aquella información de la cuál pendían las respuestas, o las más preguntas, de la cual pendia su existencia pasada, presente y futura.


Vemos imágenes en un color que sugieren años atrás. Me gustaría poder mostrar alguna época un tanto antigua, pero después de 30 años, sería el año 1983.
Un hospital ruidoso, una mujer  que llevando su uniforme de enfermera fuma, mientras conversa con otra algo mayor.
Zulma e Irene parecen extraviadas en alguna historia que incluye a Norma, la del 6to, a Susana la del bar y otros tantos nombres sin importancia.
Entonces la llaman a Zulma desde algún pasillo extraviado. Demasiado envuelta en historias ajenas, con desgano camina hacia el rincón desde donde la llaman. Hora de trabajar.
Zulma se encuentra al costado de la cama. Ya son mas de 20 años los que dedica a esto. Entonces toma la libreta que sale extendiéndose de su mano izquierda, y con la derecha anota.
Fernando Gimenez, peso 3.200 kg, a las 6 40 de la mañana el 8 de Julio de 1983. Yo creo que es momento de que cambie el color de uñas, este rojo ya esta descascarándose… Si doctor, claro… ya está Doctor… si, mañana cambio de color. Zulma sale de la habitación.


Entonces Fernando envía aquel mail, descuidando que quizás algún reloj atrasado, u adelantado, descuidando que quizá alguna mujer que quizá hoy ni siga viva,  distraída,  cambiaba el curso de aquella carta.

“Oh cruel fortuna, incierto destino mal intencionado que erróneamente poseído por el arcano del loco cambiaste el rumbo completamente!”

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