miércoles, 12 de junio de 2013

Vos quedate en tu zona de confort, yo voy a salir a caminar por el jardín- le dijo, mientras se alejaba lentamente.
Si acaso hubiera entendido en aquel momento, si no hubiera dado media vuelta el también pensando que en unos minutos la volvería a ver…
Unos minutos y vuelve-pensó ingenuamente- unos minutos por el jardín y está de vuelta.
Pero esa tarde no volvió. El jardín por el cual camino estaba abierto al infinito. Sin límite alguno, sin paredes ni murallas.
Si acaso hubiera entendido lo que ella había querido decir, la tendría hoy entre sus brazos y le acariciaría el cabello como a ella tanto le gustaba, pero todavía su cabeza entre aturdida y confundida no lograba atar los nudos de aquella despedida.
Cada tarde, durante años, se preguntó dónde podría estar. De que jardín hablaba, pensó que no podía estar muy lejos, y que ya se cansaría de este circo. Pero no volvió a verla.
Ya pasaron 5 años. Cinco años de misterio, cinco años de silencio, cinco años de buscar sin encontrar. Hoy entiende. Hoy elige. Hoy acepta.
Cuando ella volvió a buscarlo con disimulo, tan solo por la curiosidad de encontrarlo, él se había ido.